«En resumen, a juzgar por los datos, uno de los principales problemas de la baja productividad española vendría dado por una composición del sector empresarial, donde las microempresas, poco productivas en relación con las grandes y con las microempresas de otros países, tienen un peso importante (tanto en el porcentaje de empresas como en el total de empleados), mientras que las grandes, muy productivas, son relativamente escasas.
Es decir, no somos menos productivos per se, sino que el tamaño de nuestras empresas podría estar jugando un papel clave.»

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